Puerta y zaguán

Puerta

La Casa Urrutia se construyó a finales del siglo XVIII. No sabemos quién fue su primer propietario, sólo tenemos una pista. Se dice que los albañiles fueron los mismos que construyeron la iglesia. Esta es una casa señorial, por su tamaño y su altura. Posee varias plantas y un torreón. En el siglo XX se le añadió el parasol o guardapolvo sobre la balconada. También se le añadió la almenada calada tan característica. Todos sus balcones muestran rejería tradicional andaluza. La rejería contiene un fuerte componente simbólico, el diseño del enrejado revela por sí mismo el gusto y los recursos económicos de los dueños de la casa.

La rejería tradicional andaluza es  una de las creaciones artísticas de mayor relación con la arquitectura. No sólo porque sigue sus mismas fórmulas y lenguaje, sino porque su presencia contribuye a transformar el propio espacio arquitectónico, cerrándolo. Tienen pues, una doble función, por un lado la de proteger el recinto y por otro, ser un determinante visual. Los barrotes y motivos de una rejería tradicional andaluza funcionan como pantallas arquitectónicas por la que penetran la luz y el aire.

Casapuerta o zaguán

El zaguán o casapuerta o sanjuán es el espacio entre el portón y la puerta que separa la casa de la calle. Este espacio es más largo que ancho, ya que su longitud coincide con la primera crujía de la casa y realmente es la comunicación de la calle con el patio mediante un pasadizo.

Observemos los muros y la anchura de los mismos. Su grosor permite la construcción en altura para soportar el peso y al  mismo tiempo protege del calor. Podemos hacer un experimento, tomemos la temperatura en el exterior y en el interior, y observemos la diferencia. ¿Cuántos grados de diferencia creéis que se pueden alcanzar?

Hay dos puertas en un zaguán. La primera es la «puerta de la calle», que se cerraba con un marco, de madera, más alto que ancho, del que cuelgan dos puertas abatibles, robustas y con cierta garantía de seguridad. No obstante, casi siempre se encontraba abierta y solo se cerraba algunas noches mediante un gran cerrojo, de hierro, con pasadores redondos que tenían en su interior.

Desde la acera a la puerta de la calle casi siempre existía un escalón lo mismo que desde la casapuerta al patio donde siempre aparecía otro, se pretendía que la solera de la casa estuviera más de treinta centímetros por encima de la calle, sin tener para nada en cuenta las barreras arquitectónicas. Los suelos no son los originales, el original era de losa de Tarifa, que veremos en el patio.

La de dentro que comunica con el patio era más pequeña y ligera y se le llamaba el portón, este sí solía abrirse y cerrarse en muchas ocasiones, por lo que muchos tenían un artilugio que consistía en un cordel atado al pestillo al que se tenía acceso desde fuera mediante un taladro en la madera y un nudito en el cordel. Esto permitía abrir desde fuera sin necesidad de tener ninguna llave. Las puertas eran más un sencillo sistema para aislarse anímicamente de la calle que para conseguir seguridad. Por qué en el enrejado del arco superior hay dos iniciales: M. G.  Por Manuel Gómez Pecino.

La habitación del zaguán era un despacho utilizado por el anterior propietario de la casa, pero desconocemos cuál era su uso original.

La puerta tiene dos hojas, una menor incluida en la grande, además de un ventanuco.