La sal

La sal es uno de los símbolos de la aldea de Palmones, presente desde los propios orígenes de la aldea. Los fenicios en el siglo VI a. C. fueron los primeros en utilizar las marismas del río Palmones como salinas, pero sin duda el momento de mayor esplendor fue durante el dominio romano, en los años de la denominada Pax Romana (entre el año 27 a. C. y el año 180 d. C) cuando la sal producida en Palmones fue determinante para el desarrollo económico de la ciudad de Carteia.

Esta ciudad romana se encuentra a tan solo 4 kilómetros en línea recta, en la orilla contraria del río Guadarranque, fue una gran urbe portuaria, que necesitaba producir sal para la elaboración de salazones y de garum, salsa elaborada con vísceras de pescado fermentadas, que junto con el vino eran la base de su actividad comercial.

En los vecinos yacimientos arqueológicos de la Venta del Carmen y Ringo Rango en Los Barrios, se fabricaban las ánforas que eran utilizadas como contenedores de estos productos, más del 70% de la producción de estos alfares estaban destinados al transporte de salazones. En el mismo sentido, en el año 1979 en la limpieza de los caños de las antiguas salinas del

siglo XX, se encontraron restos cerámicos de época romana, no se realizaron los estudios necesarios para poder afirmar que pertenecían a la explotación salinera de ese periodo, pero si son testigos de la presencia romana en esas tierras.

Los escritores de época clásica nos hablan en sus textos de los numerosos usos y propiedades que tiene la sal. El escritor hispano, nacido en Gades, Lucio Columella (4 d.C.-70 dC.) nos cuenta el uso de la sal para la conserva de carnes tanto por los iberos como por los galos, en forma de salsamenta elaborados a base de los jamones de los cerdos como aliño.

Pero tienen un papel destacado la elaboración de muchas y distintas recetas de salazones de pescado, tan famosas en la Bética como confirman también los textos de Estrabón y Catón. También hablan del uso de la sal procedente de la bética con fines curativos por su excelente calidad, pues los médicos la aconsejaban para determinadas enfermedades. También aconsejan su uso con fines veterinario pues eran utilizadas para “curar enfermedades de los ojos de las caballerías y bueyes se usa sal tragásica y bética” (Estrabón III, 2, 6).

Volvemos a tener noticias de las salinas de Palmones en la Edad Media, cuando el rey Fernando IV de Castilla tras conquistar Gibraltar concede en el año 1329 al Concejo de la ciudad el privilegio de un tercio de las salinas que se encuentran en su realengo. La actividad industrial cae en el olvido y no es hasta el siglo XIX cuando las salinas de Palmones vuelven a ser una industria floreciente, momento en el cual podemos situar el origen de la actual aldea.

Tras la pérdida de Gibraltar en 1704 un gran número de gibraltareños se refugiaron en chozas, caseríos y huertos izquierda del río Palmones, donde hoy está la aldea. Más tarde, en el año 1800, se repartieron 18 huertos y parcelas para salinas entre los vecinos, este fue el origen de la actual aldea de Palmones. Aprovechando el reparto de terreno varios miembros de la burguesía algecireña crearon la Junta de Salinas de Algeciras.

A esta Junta se le entregó las parcelas para la explotación de la sal, la Corona monopolizaba su comercio, considerándose las salinas de su propiedad, así como su explotación y venta denominado Estanco de la Sal. Así la Junta sería la responsable de la explotación y venta, dando cuenta a la Corona. La primera noticia fuera de la provincia es la reseña en “La Revista de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas” editada en Madrid en el año 1853, donde menciona las “Nuevas salinas establecidas en Palmones”.

Más tarde la Reina Isabel II, le otorga el 7 de enero de 1853 el beneficio de exención de impuestos de los buques que carguen sal igualando las condiciones de las salinas de Palmones a las de San Fernando, Torrevieja e Ibiza. Además del control del Estado en el precio y venta de la sal la Junta estaba obligada a pagar un canon de 185 reales de vellón al ayuntamiento de Los Barrios.

En el año 1860, los hermanos Larios de Gibraltar compran las acciones de las salinas de Palmones. Finalmente, las industrias salineras del reino serán liberalizadas por el Estado en el año 1869. Más tarde, las salinas pasarán a ser propiedad del Marqués de Bute cuando adquirió el Cortijo Guadacorte a principios del siglo XX. Las salinas de Palmones estuvieron activas hasta los años 70 del siglo pasado hasta la llegada de las grandes industrias a la Bahía.