El carbón y el carboneo

El carbón vegetal es un material combustible sólido, frágil y poroso con un alto contenido en carbono (del orden del 98 por ciento). Se produce por calentamiento de madera y residuos vegetales, hasta temperaturas que oscilan entre 400 y 700 grados centígrados, en ausencia de aire.

El carbón vegetal es el primer material de carbón utilizado por el hombre y su uso data probablemente desde el mismo momento en que se comienza a utilizar el fuego; dado que los trozos de madera carbonizada que quedarían en algunas hogueras pueden considerarse un carbón vegetal rudimentario.

De hecho, existen pruebas de que en muchas pinturas rupestres de hace más de 15.000 años el carbón vegetal se utilizaba para dibujar y pintar en las cuevas y abrigos. Las pinturas con arte rupestre en muy pocos casos se aglutinan con alguna grasa de origen animal ni vegetal. El carbón se utiliza solo, sin ningún aglutinante al igual que el óxido de hierro, y nunca, con sangre.

Otro uso fundamental del carbón vegetal en la historia de la humanidad es su empleo en la metalurgia. La metalurgia del hierro, comenzada ya unos 1.200 años a.C. y que se desarrolla en Europa durante la Edad del Hierro” (700 a. C. hasta el 68 d. C.), no hubiese sido posible sin el carbón vegetal ya que las elevadas temperaturas que se requieren para fundir los minerales no pueden alcanzarse utilizando simplemente madera o los combustibles de la edad del hierro.

Además, el carbono que contiene el carbón vegetal actúa como reductor de los óxidos del metal que forman los minerales y con la técnica apropiada parte de este carbono puede alearse con el hierro para dar lugar al acero, mucho más duro que el hierro, lo cual fue fundamental en el desarrollo de armas y herramientas más resistentes.

Hace un siglo, en todas las zonas rurales era común ver la figura del carbonero, oficio ahora en vías de extinción, cuyo trabajo consistía en cubrir totalmente enormes pilas de leña con musgo y ramas tiernas, la carbonera. Luego prendía la leña (parte inferior), y dejaba que se quemara durante días. Luego, subía hasta la cima de la pila y pisaba.

Cuando la capa estaba estable y no temblaba, señal de que todo estaba secado y endurecido, abría la pila y obtenía el preciado combustible. Pero muchos murieron al hundirse en la pila, todavía sin endurecer, lo cual convertía la profesión en un oficio arriesgado.

Su trabajo se dividía en dos tareas: la tala de la madera y su transporte hacia la zona de carboneo, y el montaje de las pilas y el control del proceso de carbonización. El sueldo se repartía equitativamente entre estas dos tareas realizadas.

Según su procedencia, el carbón, tenía diversos nombres: carbón de encina, cisco de roble, o picón; cada uno de los cuales tenía una aplicación característica.

El carboneo era una actividad fundamental en nuestro territorio pues era la única fuente de energía. Los quejigos del bosque era la especie más explotada, hasta el punto de que la extracción de su leña hizo que cambiara su aspecto natural. De tener una figura estilizada con ramaje equilibrado, acabaron tomando forma de candelabro, con troncos bajos y ramas desproporcionadamente más finas, por efecto de las podas para hacer carbón.

Las especies más utilizadas eran el alcornoque y el quejigo, pero también el acebuche, la coscoja, el madroño y las cepas de brezo.

La obtención del carbón mediante el proceso de cocción depende del terreno sobre el que se arme el horno, la leña usada, la tierra con que se cubre y las condiciones climáticas, como el viento, la lluvia o la niebla.

Fabricación

  • Elección del lugar adecuado
  • Preparación del armaero
  • Corte y troceado de la leña
  • Preparación de las pañatas de chasca: pequeños montones de matorral aplastado en forma de abanicos.
  • Armado del boliche. Colocación de la leña. Caño: pequeño conducto que atraviesa longitudinalmente el horno para abastecerlo de aire.
  • Encendija: leña más fina colocada adosada al horno en tres piedras formando una puerta,
  • Enchascado: Consiste en cubrir la leña con los haces de chascas.
  • Aterrado: cubrir el conjunto que forma la leña y chasca con tierra.
  • Salado: cubrir con tierra más arcillosa la corona del boliche.
  • Encendido: éste se efectúa por la encendija.
  • Caia: hundimiento de la encendija, que marca que el horno está encendido.
  • Cocido: el carbonero se valdrá de buyones y espoletas para que se produzca de forma homogénea. Los buyones son pequeños orificios practicados con el buyón, que atravesando las capas de tierra y chasca atraen el fuego hacia esa parte del horno. Las espoletas son orificios mayores que los buyones practicados a ras de suelo retirando la tierra.
  • Refogado: consiste en quitar la tierra más exterior y cubrir de polvo el horno para que se apague.
  • Entrefogado: ir apartando el carbón ya cocido mezclado con polvo y chasca carbonizada y con el rastro se separa el carbón de los demás residuos.

Herramientas

RASTRO: Hacha íntegramente de madera que sirve para separar el carbón de los residuos de tierra y chasca quemada.

BUYÓN: Palo de poco diámetro acabado en punta.

ESPUERTA TERRERA: Espuerta hecha de palma, sirve para cubrir de tierra el boliche.

CALABOZO: herramienta para cortar el matorral.

HORQUILLA: Vara de dos metros de largo acabada en una bifurcación de dos ramas para manipular el matorral.

RO: Su usa en el entrefogado para ir sacando el carbón junto con la tierra y la chasca del horno previamente apagado.

ZOLETA: Azada, herramienta para cavar.

SERROTE: Herramienta de corte, usada para tirar y trocear los árboles. Necesita un mínimo de dos personas para ser usada.

Partes del horno

PECHO: Parte delantera, donde se incrusta la encendija.

HOMBROS: Es la zona a la izquierda y derecha del pecho.

ESPALDA: Parte trasera, donde se encuentra la salida trasera del caño.

FLANCOS: Parte izquierda y derecha del boliche en las que se practica una espoleta durante el encendido.

CORONA: Parte superior.

ENCENDIJA: Abertura situada en la parte delantera del horno, realizada con leña fina y que acaba en dos piedras planas con dintel.

CAÑO: Conducto a ras de suelo que atraviesa el horno longitudinalmente y permite el paso del aire necesario para el cocido.

RIÑÓN: Centro del interior del horno, a partir del cual se sitúa la leña más gruesa.

Usos domésticos

En México, Uruguay, Perú, España, Argentina, Paraguay y otros países hispanohablantes el carbón vegetal se ha usado durante siglos como combustible en los braseros, hornillos o anafres. Una de las consecuencias que produce la fabricación de este es la deforestación. La producción del carbón vegetal y su combustión causan importantes problemas ambientales y tienen también consecuencias negativas para la salud humana.

El monóxido de carbono (CO), producto de la combustión incompleta del carbón, es un gas altamente tóxico y venenoso al mantenerlo en ambientes cerrados, de ahí la importancia de ventilar los interiores de las viviendas y de retirar el brasero a la hora de dormir, debido al peligro de intoxicación.

Es muy común también su uso para asar carnes a la parrilla.